Los efectos erosivos de las playas de Villa Gesell han sido documentos desde la década del ’90, cuando se realizaron los primeros perfiles de playa. Las causas han sido principalmente las concesiones balnearias, los movimientos de arena y la falta de mantenimiento de los enquinchados. Todo esto puede sintetizarse en la falta de un adecuado plan de manejo costero integrado para el municipio que junto a las tormentas sudestadas han generado un deterioro de las playas geselinas.
Los estudios realizados entre el año 1994 y 1997, fueron repetidos entre 2005 y 2006 y retomados a principios del año 2021. Este último año se han realizado relevamientos en diez playas distintas: dos en Mar Azul, una en Las Gaviotas, dos en Mar de las Pampas y los cinco restantes en Villa Gesell.
Los relevamientos demostraron que las playas de las localidades del sur, las mas amplias y menos intervenidas del partido, tienden a ser más estables. Estas playas, que aún mantienen el médano costero, suelen perder arena en invierno con la ocurrencia de las sudestadas, la cual se recupera hacia la primavera. Se ha visto también en estas playas una acumulación de arena en los sectores de médanos.
Las playas del centro de Villa Gesell (Muelle de Pescadores, Paseo 118 y Paseo 105), también se recuperaron hacia la primavera. Sin embargo, esta situación no ha llegado a subsanar las pérdidas observadas durante el invierno. En estas playas, las más intervenidas del municipio, el médano costero ha sido eliminado hace décadas y los movimientos de arena producto de las concesiones balnearias son frecuentes.
Por último, los relevamientos en la zona del Pinar del Norte, demostraron que, además de recuperarse en primavera, estas playas pueden acumular arena durante algunas sudestadas en invierno y también retener arenas en los médanos. Las playas del norte, al igual que las de las localidades del sur, aún mantienen en pie el médano costero presentando entonces una mayor estabilidad frente a la dinámica costera.
La acumulación observada en los sectores de médanos ocurre por la instalación de enquinchados (VER FOTOS). Estas estructuras, generalmente de madera, son ubicadas en los sectores de playa y dunas con el objetivo de retener arena, siendo una importante herramienta de manejo para la regeneración de playas.
Sin embargo, requieren de un mantenimiento constante que no se está realizando. Por un lado, deben mantenerse en pie y sin averías, para actuar como una adecuada trampa de retención de arena. Por otro lado, una vez que los enquinchados se saturan de arena y no pueden retener más (VER FOTOS), es necesario “vaciarlos” para que puedan volver a acumular sedimento.
Durante los relevamientos de playas, se ha observado que muchos de los enquinchados ubicados en los médanos están saturados generando un exceso de arena en esas zonas. Estos excesos pueden llegar a vegetarse. De esta manera la arena acumulada y fijada en el médano ya no participará de un intercambio con la playa, generando un déficit en los sectores más cercanos al mar y dejando a la playa desprotegida. Afortunadamente, esta información ha sido documentada por el Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario (IGCC), y hoy es plausible de analizar los ritmos de desbalances de cada playa.
Es necesario entonces tomar medidas respecto del manejo de la arena en las playas, a la vez que se requiere mantener adecuadamente los enquinchados.
Estos deben estar en buenas condiciones y ser vaciados al llegar a su punto de saturación. La arena que se retira de los enquinchados puede alimentar los sectores de playa cercanos al mar, siendo estos los más dinámicos y los más expuestos a las pérdidas de arena durante las sudestadas.
Una buena utilización de los enquinchados es una de las tantas herramientas de gestión que deberían implementarse en Villa Gesell. Una estrategia de manejo costero integrado que contemple las diversas aristas ambientales y socio económicas es de vital importancia para proteger el recurso costero y ayudar a mantener y regenerar las playas que hoy en día se encuentran con importantes signos de deterioro.
Los participantes de la investigación fueron el Dr. Federico Isla (Investigador Superior del CONICET), el Lic. Pedro Garzo (Becario Doctoral CONICET) y el Lic. Leonardo Sánchez Caro (Becario Doctoral CONICET). Los dos primeros pertenecientes al Instituto de Geología de Costas y del Cuaternario (IGCC) de la Universidad Nacional de Mar del Plata, mientras que el último pertenece al Centro de Estudios Integrales de la Dinámica Exógena (CEIDE) de la Universidad Nacional de La Plata.