El CO constituye una de las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades, tanto en nuestro país como a nivel mundial.
La intoxicación por monóxido de carbono (CO) sucede cuando dicho gas se acumula en el torrente sanguíneo. Cuando hay demasiado CO en el aire, el cuerpo reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos con monóxido de carbono. Esto puede generar un daño grave en el tejido, o incluso la muerte.
El CO constituye una de las principales causas de muerte por envenenamiento para todas las edades, tanto en nuestro país como a nivel mundial. Se trata de un gas tóxico, menos denso que el aire y que se dispersa con facilidad. A su alta toxicidad se suma la peligrosidad de pasar desapercibido, al ser inodoro, incoloro y no irritar las mucosas. Las personas y los animales que se encuentran en estos espacios pueden intoxicarse si lo respiran.
Entre los artefactos que queman gas, los más frecuentemente involucrados en los eventos de intoxicación son: cale-fones, termotanques, cocinas, hornos y calefactores (estufas infrarrojas, calderas en el interior del domicilio), cuando no están correctamente instalados o la ventilación de los ambientes es escasa. Otras fuentes son los braseros, los hogares a leña, las salamandras (tanto a gas como a leña), las parrillas, las cocinas a leña o carbón y los faroles a gas.
La intoxicación por monóxido de carbono puede ser particularmente peligrosa para las personas que estén durmiendo o estén ebrias, debido a la incapacidad para notar los síntomas característicos. Las consecuencias pueden ser desde sufrir un daño cerebral irreversible hasta morir antes de que alguien note que hay un problema.
¿Quiénes son de riesgo?
No natos. Los glóbulos de los fetos absorben el monóxido de carbono de forma más rápida que los glóbulos adultos. Esto causa que sean más propensos al daño que provoca la intoxicación.
Niños. Su mayor riesgo se debe a que respiran con más frecuencia que los adultos.
Adultos mayores. Las personas mayores que presentan una intoxicación con monóxido de carbono pueden tener más probabilidad de tener daño cerebral.
Personas con enfermedad cardíaca crónica. Las personas con antecedentes de anemia y problemas de respiración también tienen más probabilidades de enfermarse a causa de la exposición al monóxido de carbono.
Aquellas personas que pierden la conciencia por una intoxicación con monóxido de carbono. La pérdida de la consciencia indica una exposición más grave.
¿Cómo identificar una intoxicación?
Si hay alguna fuente de producción de CO en funcionamiento y comienza a sentir dolor de cabeza y somnolencia debe sospechar de una intoxicación. Los síntomas pueden incluir, además de dolor de cabeza, dolor torácico, confusión o mareos, dificultad para respirar, náuseas/vómitos, cansancio, fatiga, pérdida de conciencia, desmayo o pérdida de conocimiento, alteraciones visuales, convulsiones o coma.
¿Qué hacer si se sospecha de una intoxicación?
Ante la sospecha, apague la estufa y ventile inmediatamente abriendo puertas y ventanas. De ser posible retire al afectado del lugar y llévelo al exterior. Deberá además llamar a su médico, quien debe poder determinar si tiene este problema al observar sus síntomas y hacerle un examen.
En casos graves las personas intoxicadas por CO pueden llegar a precisar tratamiento en el hospital con oxígeno.
¿Cómo reducir las posibilidades de intoxicación por monóxido de carbono?
Mantenga ambientes ventilados y controle el buen funcionamiento de las instalaciones y artefactos de calefacción.
En el caso de los artefactos para calefaccionar a gas la llama debe ser azul y tener salida al exterior.
Nunca deje un automóvil en marcha en un garaje, incluso con la puerta del garaje abierta.
Nunca haga funcionar un generador dentro de su casa o garaje, o justo fuera de una ventana, una puerta o un conducto de ventilación que ingrese a su casa.
Nunca use una parrilla a carbón o parrilla a propano portátil en un lugar cerrado.
Evite calefaccionar los ambientes con el horno u hornallas de la cocina y controle que estén apagadas antes de dormir.
La intoxicación por monóxido de carbono constituye la causa más frecuente de envenenamiento para todas las edades y entornos sociales, tanto en nuestro país como a nivel mundial. El Ministerio de Salud de la Nación estima unas 250 muertes por año debidas al CO, y la cantidad de intoxicados excedería los registrados en todo el país, algunos de ellos con secuelas irreversibles. Solo en 2018 se registraron 2600 casos de este tipo de accidentes.
Calefaccionar los ambientes es una medida que nos permite hacer frente a las condiciones climáticas del invierno, además de brindarnos confort, pero también puede resultar perjudicial para la salud dependiendo del sistema de calefacción usado y de la temperatura a la que se lo utiliza.
Una vez por año debe realizarse una revisión técnica de los artefactos mencionados, a través de personal adecuado (gasista matriculado), de preferencia antes del comienzo de la época invernal, asimismo se deben revisar los sistemas de ventilación o venteo. Si bien es fundamental tener en cuenta las recomendaciones médicas al identificar una intoxicación, lo más importante será siempre la prevención.
Recordar que el tiempo de exposición es la clave. Cuanto más pronto se detecte y se retire a la persona afectada del ambiente mayores chances de que no se produzca daño irreversible.
Asesoró: Dr. Daniel Buljubasich (MN 8641), neumonólogo, miembro fundador y ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.