«Néstor Kirchner: no les tengo miedo (Un militante que respetó su pasado)» se titula el ensayo de Campana sobre «esa batalla mano a mano con el poder real» que dio el ex presidente. El libro será presentado en la Casa de la Cultura, conjuntamente con «Victorias populares» de Fernando Borroni el sábado 23 a partir de las 19.00.
El kirchnerismo rescató al peronismo
«Con tiza y carbón, votamos a Perón». La consigna aquella del peronismo primigenio fue una de las tantas que tomó Néstor Kirchner, más de treinta años después, para dar lucha interna brava contra un aparato partidario que se había anquilosado. Que pugnaba por ser un partido del establishment, un entramado de dirigentes «racionales», que por representar al subsuelo de la patria sublevado, como bien pintó Raúl Scalabrini Ortiz. De ahí, de poner en acción lo dicho, parte la impronta de un hombre que de verás recuperó las mejores banderas del movimiento nacional y popular. Y de ahí, también, se agarró el periodista, escritor y «animal de radio» Gustavo Campana para arrojar luz sobre el ex presidente a través de un libro que acaba de ver la luz, Colihue mediante. El eje de la reconstrucción histórica a la que apunta el libro es el rol de Néstor entre 2003 y 2010, cuando su imagen se transformó en sinónimo nacional; como presidente, desde el llano, como diputado nacional o como secretario general de Unasur. Los puntos más importantes de esos siete años de su vida son disparadores para mirar hacia atrás y encontrar las causas de cada uno de sus actos.
Fernando Borroni en Casa de la Cultura
VICTORIAS POPULARES… ¿BATALLAS PENDIENTES?
Junto a Gustavo Campana Borroni presenta su último libro «Victorias Populares» El camino hacia la Patria Grande desde el 17 de octubre a nuestros días. Como cada trabajo de Fernando es visceral y por lo tanto, emocionante.
El libro
«De estas páginas se saldrá embarrado hasta el cuello, confundido, enojado y al mismo tiempo limpio en la razón, feliz en el sentir y entero en la convicción. Muchas de ellas serán merecedoras de insultos susurrantes, otras tantas de emociones bien habidas y no pocas de entrañables abrazos, pero ninguna de la indigna indiferencia. Nadie podrá recorrer este libro sin tropiezos, sin contradicciones y tampoco sin certezas y alegrías. Si la lectura de este texto fluye con fría naturalidad sin anidarse en lo aquí expuesto, entonces el autor no habrá cumplido con su objetivo.
Estas líneas se atreven a hablar de victorias y para ello de algunas derrotas. Persiguen conciencia de lo que fuimos capaces y claridad en los desafíos venideros.
¿Pueden apenas un puñado de páginas enlazar a Perón, Alfonsín, Néstor y Cristina, Macri y Alberto, pasando por los refugiados del mundo, los balseros y los hambrientos? ¿Pueden caminar desde el No al ALCA al Lula Libre, recorrer las grandes alamedas de una Chile que despertó, y al mismo tiempo respirar el aire victorioso del retorno del MAS a Bolivia?
¿Pueden dejar sus huellas frente al lawfare, el negacionismo y el relato dominante de los medios, la resistencia, la organización y sus liderazgos? ¿Caben las esquirlas de una guerra cultural que no da tregua entre la humanidad y el mercado? ¿Pueden estas tintas, acaso, abrazarse a las madres y a las abuelas, a los nietos y los hijos e inmiscuirse en la vida de un indio y un tornero que llegaron a ser presidentes, para decir que en todos ellos están nuestras victorias?
¿Alcanza un libro para expresar que en toda derrota hay semillas de futuras victorias? ¿Podrán estas líneas invitarnos a soñar mientras el mundo se desmorona a causa de una pandemia? Habrá que embarrarse para saberlo…»