LUCIANO DARDERI, LA HISTORIA DETRÁS DEL TRIUNFO
La imagen mostraba una arrasadora derecha que Grieskspoor no pudo devolver, ese fue el golpe ganador y Luciano se desplomó en el piso donde levanto su muñeca derecha y la beso.
Él tenista Luciano Darderi se coronó campeón en abril de este año en el ATP de Marrakesh, logrando su segundo título en la categoría. Después de una agotadora final, Luciano se desplomó sobre la cancha con una sonrisa en su rostro que lo ilumino en triunfo.
Pero lo que llamó la atención de todos fue el emotivo gesto que realizó después de su victoria. Luciano besó su muñeca derecha, allí lleva tatuado, el nombre de su abuela, Elisa. En un pequeño gesto, un gran homenaje a la mujer que ha sido su apoyo incondicional a lo largo de su carrera.
La historia de Luciano es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden llevar a alguien a alcanzar sus sueños. Desde muy joven, Luciano se inició en el mundo del tenis de la mano de su padre, Gino, un apasionado del deporte que decidió enseñarle a sus hijos, Luli y Vito todo lo que sabía.
Gino, un excelente jugador en su juventud, ahora se dedica a entrenar a otros, pero su verdadera pasión es ver a sus hijos triunfar en la cancha. Y en esta tarea, desde los inicos, ha contado con el apoyo invaluable de su madre, la abuela Elisa, quien viajaba con los chicos a Europa, cuidándolos y apoyándolos en cada paso de su carrera cuando el tenia que quedarse en Argentina a trabajar.
Ella lo daba todo para ver a esos dos nietos cumplir sus sueños. “Era esas viejitas que vivian con 20.000 pesos porque daba toda su pensión para que Luli y Vito pudieran ser felices”.
La abuela Elisa ha sido una figura fundamental en la vida de Luciano, y su influencia se puede ver en cada paso que ha dado en su carrera. Hoy Luciano sigue adelante con cada titulo y cada partido con la misma pasión y dedicación que siempre lo ha caracterizado.