El miércoles 14, vecinos, vecinas, turistas, funcionarios y guardavidas se reunieron en el Muelle de Pescadores para celebrar, una vez más, el Día Nacional del Guardavidas. Estuvieron presentes Luís María «Rulo» Rivero y Marcelo «El Negro» Ojeda, dos pioneros. «Rulo» tuvo una jornada muy especial.
El agradecimiento
En el acto, se agradeció la gran labor que realizan cada verano. La Presidenta del Honorable Concejo Deliberante, Myrian Oillataguerre, destacó el trabajo diario de los y las guardavidas, que arriesgan su vida para asegurar que los vecinos y turistas puedan disfrutar con tranquilidad del mar. También estuvo presente el cura párroco Pablo Bosisio, quien también felicitó a los guardavidas en su día, proclamó la unión de la sociedad y bendijo las aguas.
SUGARA
En el evento, además, se celebraron los 40 años del SUGARA y se entregaron reconocimientos a quienes estuvieron presentes durante su fundación, entre ellos, Marcelo «El Negro» Ojeda, Rubén «Tano» Cúcaro y a Carlos Palacios, quien fuera el primer funcionario en reconocer al Sindicato en la ciudad. Además, estuvieron presentes guardavidas de antaño como Humberto Nando Flores, Gerardo Heitz, Alberto Denegri y Cristóbal Szczesny, entre otros representantes históricos de los guardavidas geselinos.
Rulo
Con mucha emoción, se presentó el libro «Rulo, la leyenda continúa» de Ana María Rosa con arte de Franco Escobar, y se compartieron algunas palabras sobre esta nueva obra editorial con las memorias del querido guardavidas geselino. A su vez, Negro Ojeda compartió anécdotas, celebró los 40 años del SUGARA y reivindicó el trabajo de los y las guardavidas.
«Rulo» fue Pionero en Villa Gesell, es artesano y un vecino destacado de la ciudad. Luego de sus 54 años trabajando en la orilla del mar, tuvo la inquietud de escribir sus anécdotas y vivencias. Nació en Gral. Madariaga en 1946 y a los pocos días, junto a su familia, vino a Villa Gesell, donde de chico se enamoró y se hizo amigo del mar, viviendo una infancia feliz en una ciudad de playas amplias, médanos y naturaleza que recibía a argentinos e inmigrantes por igual y estaba aún por hacerse.
A los 14 años Rulo ya era cartero y bañero en El Dorado, en Paseo 111 y Playa. Vivía con su familia en una pequeña casa, rodeado de plantas y caballos y aprendía cómo salvar vidas de aquellos que ingresaban al mar. Durante más de 50 años, el «Rulo» cumplió servicio efectivo como guardavidas en las playas geselinas, hasta 2014. Hoy, jubilado, es una leyenda y uno de los últimos pioneros de la Villa, muy querido por todos y también un símbolo de nuestra comunidad, por su entrega y solidaridad, valores que son transmitidos de generación en generación y expresan la identidad geselina.
Ana María y el libro
Ana María Rosa fue quien puso en palabras el amor por el mar y el trabajo de Rulo en Villa Gesell, así como algunos relatos de su vida aquí. El libro además, viene acompañado por el arte de tapa, contratapa e interior del artista local Franco Escobar. Se podrá comprar en el Stand de artesanías que atiende en el Polo Cultural Sur.