UADE: Modernismo en tierras inesperadas: el Art Nouveau mira al sudeste bonaerense
¿Puede una joya del diseño europeo florecer lejos de las grandes ciudades? Un equipo de investigadoras decidió seguir las pistas del Art Nouveau —ese estilo exquisito de curvas orgánicas y decoración vegetal— en un territorio poco explorado: el sudeste bonaerense. Aunque es habitual encontrar huellas modernistas en Buenos Aires, Rosario o Bahía Blanca, ¿qué pasa con ciudades más pequeñas, donde el foco académico rara vez se posa? Eso mismo se preguntaron las docentes Carolina Cantalupi y Verónica Meo Laos, quienes lideran la investigación “Art Nouveau al Sur del Salado. Sus huellas en la arquitectura de Madariaga, Lavalle y Dolores”, desde el Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de UADE, Costa Argentina. El proyecto apunta a detectar, clasificar y poner en valor manifestaciones del Art Nouveau en General Madariaga, General Lavalle y Dolores. Tres localidades fundadas entre el siglo XIX y los primeros años del XX, en las que el modernismo dejó marcas sutiles pero reveladoras. Y aunque el movimiento tuvo expresiones muy visibles en ciudades como La Plata o Mar del Plata, en estas otras geografías sus señales han pasado casi desapercibidas. La arquitectura modernista, conocida por fundir arte e ingeniería, apostar al hierro, el vidrio y la cerámica industrial, y buscar una belleza funcional, tuvo adaptaciones locales según la región. En Europa, fue Jugendstil en Alemania, Modernismo en Cataluña o Secesión Vienesa en Austria. En Argentina, se fusionó con tradiciones preexistentes y un cierto eclecticismo, reflejando una tensión entre la fascinación por lo nuevo y la nostalgia por lo antiguo. Cantalupi lo resume: “Al analizar las ciudades del sur del Salado, identificamos no solo las manifestaciones más visibles del Art Nouveau en la herrería y las molduras ornamentales, sino también profundas conexiones culturales, como las que revelan las Sociedades de Socorros Mutuos de origen español e italiano, a las cuales pertenecen dos de las cinco edificaciones que mostraron el mayor nivel de correspondencias estilísticas entre todas las analizadas”. El hallazgo más valioso, quizás, no sea un edificio espectacular, sino un conjunto de detalles: molduras sinuosas, vitrales florales, tipografías de época y herrerías artísticas que, aunque no formen parte de un “manual” del Art Nouveau, demuestran que la estética viajó, se adaptó y echó raíces incluso en lugares insospechados. ¿Y si esas pistas arquitectónicas sirvieran para algo más? El equipo plantea que podrían ser el punto de partida para una futura ruta turística cultural. Un itinerario que revalorice un patrimonio que, hasta ahora, había sido invisible. Las estudiantes colaboraron activamente en transformar los resultados en una pieza interactiva, accesible y atractiva para todo público. Quizás no haya cúpulas monumentales ni esculturas firmadas por Palanti, Gianotti o Colombo. Pero sí un legado a escala humana, fragmentario pero lleno de identidad, que espera ser redescubierto entre las calles tranquilas de la pampa húmeda.