Entrevista a Flavia Mertehikian, directora del documental Había una vez, hace 40 años
La narración oral como un vínculo que trasciende las edades
Este jueves se estrena en Villa Gesell el multipremiado documental Había una vez, hace 40 años, centrado en el Club de Abuelos Narradores de Mar del Plata, en el marco del ciclo de cine argentino “Voces que nos narran”. Conversamos con la comunicadora audiovisual y directora del film, Flavia Mertehikian, quien antes de la presentación en nuestra ciudad junto al equipo de producción, nos compartió la historia de su relación con este voluntariado que pone en valor la palabra y la literatura desde los adultos mayores hacia las infancias.
Por Carolina Selicki Acevedo para Realidad geselina
¿Cómo fue tu primer acercamiento al Club de Abuelos Narradores?
-Antes de contar cómo conocí el Club me gustaría hablar de su historia. Este voluntariado fue fundado en 1984 por la escritora María Rosa Solsona y la profesora de teatro Silvia Ferragine y actualmente es coordinado por la profesora de teatro María Victoria Padin. Si bien es toda una institución en Mar del Plata, a pesar de sus 41 años de trayectoria como un programa de Educación de la Municipalidad de General Pueyrredón, mucha gente desconoce su existencia en la ciudad.
En mi caso descubrí este club por la odontóloga Delia Pezatti, amiga de mi familia y que llegada su jubilación -muy activa- siempre nos relataba con entusiasmo sus aprendizajes en el arte de narrar con el grupo y sus visitas una vez al mes a los jardines municipales donde los niños y niñas la recibían con cariño y curiosidad. Luego, al cursar la carrera Comunicación Audiovisual en la Universidad de Mar del Plata, en 2019 presenté la idea en la Cátedra de Guión y desde el principio el profesor Ricardo Aiello me alentó para continuar la investigación del mismo.
Y en medio, llegó la pandemia… ¿Cómo lograste continuar con la investigación?
-Emprendí como un desafío personal la etapa de investigación. Me contacté con Victoria Padin, en medio del desastre sanitario donde infantes y adultos mayores eran los más castigados. Sin embargo, los abuelos narradores seguían activos comunicados vía online, tratando de adaptarse a las nuevas tecnologías y haciendo todo lo posible por llegar con sus cuentos, canciones y poesías a los niños y niñas, a través de videos que grababan ellos mismos. Sin la posibilidad de realizar un audiovisual por la situación que estábamos atravesando, quise que toda la ciudad se enterara de la proeza de estos mayores de entre 50 y más de 90 años y publiqué el reportaje titulado Abuelos narradores y digitales en cuarentena: “Están ocurriendo cosas mágicas”, que tuvo gran repercusión en visitas y comentarios.
A mediados del 2021, el club empezó a lograr alcance internacional con sus narraciones aunque varios integrantes tuvieron que abandonar por motivos de salud y agobiados por la tecnología. Para difundirlo, escribí una segunda nota con el testimonio de Lidia Roca, una de las narradoras con más tiempo en el grupo, quien entre alegría por poder continuar y pena por las bajas de compañeros confesaba: “Este es nuestro lugar, pero somos muy pocas las que nos podemos conectar. A muchas se les dificulta. Y las pocas que quedamos tuvimos que aprender y empezar de cero”
Cuando conocí por fin personalmente a los abuelos narradores, en la primera salida que hicieron tras la pandemia, no tuve dudas de que valía todos los esfuerzos seguir trabajando para lograrlo. De ese día histórico para los narradores quedó el registro en HISTORIAS MAYORES, mi emprendimiento periodístico de entrevistas para dar voz a los más grandes.
¿Qué te motivó a filmar el documental sobre sus 40 años de trayectoria en Mar del Plata?
-Existen muchos grupos de narradores en el país y en el mundo, pero este club es uno de los que lleva más años en actividad ininterrumpida. En el 2022, dispuesta a luchar por esta película realizada de manera independiente y totalmente autogestionada, destiné mi tiempo y recursos para participar en las clases de los martes. Así fuimos conociéndonos mutuamente con la profesora y los narradores, entrando en confianza con cada uno, analizando sus rutinas y métodos, comprendiendo la vejez y la vida desde esta pasión por narrar en los jardines a los niños y niñas. El proyecto fue declarado de Interés por Cultura de Mar del Plata y por la Universidad Nacional de Mar del Plata. Pese a no conseguir ninguna ayuda económica, en marzo del 2023 armé mi equipo de trabajo con profesionales marplatenses y rodamos a lo largo de todo un ciclo lectivo. Logramos terminar la edición para estrenar en 2024, el año del 40° aniversario de los Abuelos Narradores.
¿Qué respuestas o comentarios están recibiendo del público en los festivales que se viene presentando el documental?
-La primera gran sorpresa fue que la película quedó seleccionada para competir en FICPBA 2024, la segunda edición del Festival Internacional de Cine de la Provincia de Buenos Aires. En la ciudad de La Plata, el pasado mes de septiembre, la respuesta del público fue muy conmovedora. Ya nos consideramos premiados con la devolución de la gente, pero además recibimos dos “Premios Paralelos” a mejor producción femenina y mención a mejor dirección. Además, en el Festival de Cine Nacional Leonardo Favio, en Bolívar, fue muy enriquecedor también el intercambio con los espectadores, entre ellos muchos jóvenes. Y en Mar del Plata pudimos estrenarla el pasado mes de diciembre en el Teatro Colón, con gran convocatoria.
¿Dónde seguirán proyectando el documental en el 2025?
-Ahora mismo la película se sigue distribuyendo en festivales nacionales. Ojalá podamos alcanzar esas pantallas y otras internacionales, a las que cuesta más llegar por razones económicas. Recibimos invitaciones a ciclos de cine en CABA y otras provincias, pero de momento no hay fechas concretas. Mientras tanto, continuamos trabajando a pulmón para llegar lo más lejos posible. Por eso se agradece mucho la invitación de Walter Olmos y su equipo a este espacio en Villa Gesell. No es fácil la situación para el cine nacional, mucho menos para el cine independiente por eso es tan importante para quienes emprendemos este camino el apoyo y reconocimiento de los colegas y espectadores, ya que es un gran estímulo para seguir trabajando por nuestra identidad y cultura.
Había una vez, hace 40 años de Flavia Mertehikian
6 de febrero a las 20 hs.
C.C. Pipach, Av. Bs. As. y playa. Entrada libre y gratuita.